Implica conocer, aceptar y valorar a cada individuo con sus diferencias, cualidades y limitaciones. Evitar prejuicios, estereotipos, juicios de valor peyorativos en relación con el aspecto físico de los individuos, su procedencia social y familiar, creencias religiosas o cualquier otra actitud que atente contra la dignidad de las personas. Escuchar, dialogar, empatizar y favorecer la expresión libre de ideas y creencias. Impulsar actitudes abiertas a las aportaciones de otras culturas, organizaciones sociales, etnias. Rechazar comportamientos segregadores y selectivos, defendiendo los principios de la escuela inclusiva.